lunes, septiembre 17, 2007

Con Montero Glez en Copacabana...

Tirado en la arena blanca de Copacabana leí de corrido Sed de Champán, aquella mordaz, intrépida, irreverente, y sucia obra del escritor Español Montero Glez. El Triller de Glez encontraba química con el radiante sol que llegaba a 30 grados de calor, la cerveza bien helada, la arena húmeda, el chillido del mar, y los culos bien formados de las cariocas. Ahí mismo he disfrutado las aventuras de Charolito y su andar gitano, personaje de una dura y venenosa novela flamenca que sólo el maese Glez podía haberla escrito con esa prosa callejera y poética.

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