miércoles, noviembre 07, 2007

La larga agonía de los libros...Chile devuelve los libros que le robó al Perú

Schopenhauer decía que el origen de la guerra es la avidez de robar (Paraliponema P. 527). El día de ayer el Gobierno de Chile hizo entrega de alrededor de tres mil y tantos Libros que durante la ocupación chilena en Lima (en la Guerra del Pacífico) la inculta soldadesca Chilena robó de nuestra Biblioteca Nacional (cuyas instalaciones fueron destruidas y convertidas en inmundo establo y urinario), por ordenes de sus rufianes superiores instalados en Santiago. Libros incunables de inmenso valor para la memoria, la identidad y la historia del Perú, que, como dicen los entendidos, Chile jamás pudo tener. En aquel entonces la Biblioteca del Perú atesoraba la más valiosa colección bibliográfica de Latinoamérica. Se calcula (y hay mucha coincidencia en esto) que el robo fue alrededor de 40 mil libros (no menos de esa cifra, en todo caso) lo que convierte la presente entrega en un buen gesto pero no en una satisfactoria reparación.



Pero estos lesivos actos de pillaje y barbarie de homo sapiens, no terminan nunca. El caso más reciente es lo sucedido con la riquísima Biblioteca de Bagdad, más conocida también como el Palacio de la Sabiduría. Ahí se atesoraban verdaderas joyas bibliográficas de la humanidad como las antiguas traducciones de Aristóteles, amén de papiros y pergaminos que eran viejos testamentos de siglos y siglos de conocimiento. Los cobardes y crueles bombardeos del 14 de Abril del 2003 por parte de las hordas norteamericana contra Irak destruyeron la biblioteca y el fuego arrasó con ella. Luego vinieron los saqueos y el robo inmisericorde que no tuvo otro resultado que la desaparición de un millón de libros. El hecho resulta aún más abominable (y no hace sino pintarnos como desvergonzados animales) si tenemos en cuenta que, una vez tomada Irak los marines sólo se dedicaron a custodiar celosamente el Ministerio de Petróleo , y dejaron la ya destruida Biblioteca a la suerte de saqueadores, rateros y demás rapiñas.

¿Porqué robar y destruir Libros, quemar bibliotecas y archivos?, el tema va más allá de un simple pillaje de guerra y pone al hombre como el más detestable ser que pueda existir. Se trata sin duda de desaparecer la memoria, borrar vestigios de un lazo con el pasado. Lo sucedido hace muchos años con la Biblioteca de Lima, y lo sucedido hace poco con la de Bagdad demuestra lo más vil que puede ser nuestra especie: un excreta en todo el sentido de la palabra. Rafael Argullol en un notable artículo en el País de España lo explica así: “La estrategia se calcula escrupulosamente. Se tiran Bombas para encender las cerillas que han de acabar con lo anterior. Para hacer sucumbir al pasado, arrancarlo de raíz (…)”. En suma, quebrar la moral del país atacado.































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