martes, febrero 05, 2008

Francisco Umbral y el Café Gijón....

Paco Umbral murió en un verano Madrileño (2007), el L enfant terrible de las letras madrileñas se fue para felicidad de la turbamulta y la promiscuidad española. Sus enemigos (que los tenía a montón), esos que no supieron asumir con alegría sus fracasos, ni esquivar con audacia sus escaramuzas, quedaron en el más miserable desamparo.

En Lima, al finado Umbral se le conoce, en demasía diría yo, ya que muchos cronistas y periodistas han tratado de imitar su pluma con calimitosos resultados, léase sino a Pedro Salinas (el hombre de los tirantes y la mirada de gato trepador).

Este su servidor pudo alucinar y conocer muy cojudamente Madrid gracias a Umbral, es decir: a través de sus libros (vaya consuelo). Y la viñeta que más me gustó fue aquella que le dedicó a la muerte de Encarnación Fernández, fundadora y dueña del Café Gijón. La historia de las letras españolas deposita en ese inmenso rincón, guarida o huarique, sus momentos más gloriosos. Lean sino este exquisito testimonio de confesionario íntimo cuya parte más interesante transcribo aquí:


"En el café estaban y están los alucinados de esa alucinación que es la gloria. Los último hombres libres del país. En el café, los males sagrados del hombre, que son, a saber, la cultura, el arte, la belleza, la gloria, el pensamiento. Los males sagrados que enferman a la humanidad de trascendencia (...) Recuerdo a Doña Encarna que me vio entrar incluso a mí (al café, n.r), pálido y tembloroso, hace ya bastantes años, cuando venía a llorar mi hambre contra el armario de luna de la pensión.

Doña Encarna muere a tiempo, cuando sus clientes más queridos ya han triunfado todos, y los que no, ya no van a triunfar nunca. Ella tenía más de cien años". Francisco Umbral "Amar en Madrid". Edit. Biblio-Planeta/1972.




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