sábado, noviembre 15, 2008

¿Puede el Perú integrarse al mapa mundial del Rock?


Aún es muy lejana tal posibilidad, pero no imposible. Las cerca de 40 mil almas que asistieron al coloso José Diaz para saltar, corear, jalarse las trenzas y desmayarse al ver tocar a REM abrigan la esperanza de que por fin dicha integración se haga realidad algún día. Michael Stipe el lider de la Banda demostró no sólo una vital y sorprendente energía desplegada en todo el rato que duró el concierto (porque una cosa es oir los discos de una banda mientras te rascas las bolas, y otra muy distinta es verlos tocar en vivo: toda la parafernalia y tecnología me hacían creer por ratos que no estaba en el Perú) sino además carisma y compenetración para con el público que de tanto gritar hoy deben andar sin voz. Carisma y amor sincero por una velada que, por ejemplo, no demostró una aburridaza cantante Islandesa de segunda división llamada Bjork que -según cuentan- era toda arrogancia y petulancia hasta el asco en el concierto que brindó a sus incondicionales (que deben ser todos unos pobres diablos). El concierto de anoche sin duda marca un hito histórico en nuestra siempre moribunda escena rockera.

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